Acordaos
Oh Virgen María, Acordáos, que jamás se ha oído decir, que ninguno de e cuantos de han acogido bajo vuestro amparo, han implorado vuestra asistencia, y solicitado vuestra intercesión, haya sido abandonado.
Movido yo de tal confianza, acudo, a Vos, Oh Madre, Virgen de las Vírgenes, y gimiendo, bajo el peso de mis pecados, me postro a vuestros pies. No desechéis a mis súplicas, Oh, Madre del Verbo, antes, oídlas propicia, y despachadas favorablemente.
Amén