Bendita sea tu pureza
y eternamente lo sea,
puesto todo un Dios se recrea
en tan graciosa belleza,
a ti: celestial princesa,
Virgen, sagrada María,
yo te ofrezco en este día
alma, vida y corazón.
Míranos de compasión
no me dejes, Madre mía
Echamos tu bendición
A todas las horas de día
Y si en algo te hemos ofendido
Perdónanos, madre mía
Échanos tu Santa Bendición
Que la recibimos
✠ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo