Credo Completo

Credo Completo
EL Credo Completo, de Nicea y de los Apostoles

El Credo Completo

El credo largo completo de los católicos es conocido como el Credo de Nicea-Constantinopla, que se utiliza en la liturgia de la Iglesia Católica durante la Misa y en otros servicios religiosos importantes.

El Credo, también conocido como el Símbolo de la Fe, es una declaración de las creencias fundamentales de la Iglesia Católica. El Credo es una afirmación de lo que los católicos creen en relación a Dios, Jesucristo, la Iglesia y la vida después de la muerte.

Credo Niceno Constantinopolitano Oracion vs El Credo de los Apostoles

El Credo se divide en dos partes: el Credo de Nicea-Constantinopla y el Credo Apostólico. El Credo de Nicea-Constantinopla fue formulado en el siglo IV como una respuesta a las herejías que estaban surgiendo en ese momento. Fue creado por los líderes de la Iglesia reunidos en los Concilios de Nicea y Constantinopla. El Credo Apostólico es una versión más corta que se remonta a los primeros siglos del cristianismo y es una síntesis de las enseñanzas apostólicas.

El Credo de los Apóstoles es una declaración de fe más corta que el Credo Niceno-Constantinopolitano y se considera que se remonta a los primeros siglos del cristianismo. Este credo fue utilizado como una forma de instruir a los nuevos convertidos en las enseñanzas fundamentales de la fe cristiana. El Credo de los Apóstoles se utiliza en muchas iglesias protestantes y católicas, y es una afirmación de creencias básicas como la creencia en Dios Padre Todopoderoso, en Jesucristo su Hijo y en el Espíritu Santo.

El Credo contiene una serie de declaraciones sobre Dios Padre, Jesucristo, el Espíritu Santo, la Iglesia, los sacramentos, la vida eterna y otros temas centrales de la fe católica. Al recitar el Credo durante la Misa o en la oración personal, los católicos están proclamando su fe y compromiso con la Iglesia y con Dios.

El Credo es una parte importante de la liturgia católica y se recita en la Misa todos los domingos y días de fiesta. También se utiliza en otros momentos de la oración, como en la Liturgia de las Horas y en la oración personal.

Oración del Credo Largo (Credo Niceno Constantinopolitano)

“Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible e invisible.

Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre.

Quien por nosotros fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato, padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.

Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas.

Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.”

Oración el Credo de los Apóstoles

Creo en Dios Padre, Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Y en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre, Todopoderoso. Desde allí vendrá a juzgar a vivos y a muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida perdurable. Amén.