Señor, Jesús, creo que estas vivo y resucitado. Creo que estas realmente presente en el Santísimo Sacramento del altar y en cada uno de los que en ti creemos. Te alabo y a te adoro. Te doy gracias, Señor, por venir hasta mí como pan vivo bajando del Cielo. Tú eres la plenitud de la vida. Eres la resurrección y la vida. Señor eres la salud de los enfermos. Hoy quiero presentarte todas mis enfermedades porque tú eres el mismo ayer, hoy y siempre y tú mismo me alcanzas hasta donde estoy.
Tú eres el Eterno presente y tú me conoces… ahora, Señor te pido que tengas compasión de mí. Visítame a través de tu Evangelio para que todos reconozcan que tu estas vivo en tu Iglesia hoy; y que se renueve mi Fe y mi Confianza en ti. Te lo suplico, Jesús. Ten compasión de mis sufrimientos físicos, espirituales, de mis heridas emocionales y de cualquier enfermedad de mi alma. Ten compasión de mí, Señor. Bendíceme y haz que vuelva a encontrar la salud. Que mi fe crezca y me abra a las maravillas de tu amor, para que también sea testigo de tu Poder y de tu Compasión.