Esta oración es popular entre los fieles que usan el sacramental, la medalla de San Benito, bendecida y exorcisada por un sacerdote. Este sacramental tiene el poder de proteger contra las influencias maléficas y los ataques del diablo.
Que la santa cruz sea mi luz
Que el dragón no sea mi guía
Aléjate, Satanás
Nunca me tientes con vanidades
Lo que ofreces son males.
Bebe tú mismo tu veneno